lunes, 10 de marzo de 2014

Agricultura en las Islas Baleares


 


                                        AGRICULTURA

Las Islas Baleares ha sido una comunidad agrícola hasta la llegada del turismo de masas en los años 1960. La agricultura tiene un mayor desarrollo en Mallorca.

En la actualidad son pocos los agricultores a tiempo completo, la mayoría de ellos son a tiempo parcial, lo que implica que la alimentación de la población turista no se hace con productos de la tierra, sino con importados. La mayor parte de las explotaciones han desaparecido.

La escasez de agua en las islas, y la menor dedicación que requieren, ha favorecido la aparición de los cultivos de secano. Los más importantes son los herbáceos, almendros, algarrobo, higuera, olivo, vid, y otros frutales. El regadío está presente de manera escasa.

La agricultura y,en general, el sector primario en Palma de Mallorca, se sitúa en zonas colidantes con otros municipios de los distritos Norte (S'Indioterí o Son Espanyol entre otros) y Levante (Son Ferriol o Sa Casa Blanca entre otros)

           

¿Por qué la agricultura en las Islas Baleares no funciona?
-Dificultad de contratación de mano de obra asalariada, con el agravante de tener además un coste muy superior que en el resto del Estado,debido a la competencia de los otros sectores económicos.
-Elevada edad media de los agricultores debido a la falta de revelo generacional, resultado del escaso atractivo del sector por su falta de rentabilidad.
-Falta de transparencia de los mercados, deriva de su reducido tamaño y el aislamiento geográfico, lo que impide la competencia y los convierte en monopolios.
-Elevado precio de la tierra fruto de la presión del mercado inmobiliario de segundas residencias y de la terciarización de la economía balear.
-Falta de dimensión de las explotaciones agrarias, con un elevado minifundismo: el 51,9% de las mismas no supera las 5 hectáreas.
-Bajo nivel de profesionalización, además de déficit formativo y tecnológico, con predominio de la dedicación a tiempo parcial, y especial incidente del autoempleo.
-Nula rentabilidad de la actividad agraria, cuya renta agraria en el período 2000-2009 ha caído un 40,1% respecto a la de España, consecuencia entre otras cuestiones, de que históricamente los productores de Baleares han soportado unos mayores costes de producción, y han percibido por lo general, un menor precio por sus producciones, en comparación con los del resto del Estado.
-La falta de rentabilidad del sector agrario es la responsable de la escasa inversión, por lo que el mismo se encuentra absolutamente descapitalizado.
-Escaso peso de la agroindustria (supone el 1% del PIB regional), que además es muy poco competitiva y rentable, como consecuencia entre otros factores de los sobrecostes generados por la insularidad. El margen bruto de explotación es el más bajo de todo el Estado.
-Elevada carga burocrática (más funcionarios que payeses), que además tiene un coste muy elevado y detrae recursos para el sector agrario.


¿Por qué hay que mantener la agricultura en las Islas Baleares?
-Una de las asignaturas pendientes del sector agrario balear es continuar en el proceso de articulación con el sector turístico, en el sentido de planificar la producción con visitas a la comercialización de productos ligados al territorio y a la provisión de bienes públicos vinculados a factores ambientales, del paisaje y la cultura rural, que son claves en la experiencia turística de los visitantes de las Islas Baleares.
-La escasa importancia relativa que tiene el sector primario en la determinación del PIB balear (1,4%), no obsta para que juegue un papel relevante en el equilibrio socioeconómico de la región.
-La agricultura sostiene un tejido rural básico en un archipiélago con importantes desequilibrios, y acelerados procesos de asentamiento urbano orientados a albergar un numero creciente de residentes y turistas que irrumpen con fuerza en el ciclo de abastecimiento, transformación y consumo de los recursos de base limitados (suelo, energía, etc).
-El sector agrario ha apostado con fuerza en los últimos tiempo hacía la adaptación de las producciones locales, con identidad propia y estructuras productivas tradicionales, a las exigencias del mercado actual, y por ello hacia la valorización de la producción regional orientándola estratégicamente hacia el incremento del valor añadido a través de marcas de origen y calidad.
-La agricultura no se limita a producir bienes privados, como alimentos y materias primas que se cuentan con mercados donde los consumidores finales y las empresas pueden manifestar su disposición a pagar por ellos. La agricultura también genera bienes públicos que no cuentan con un mercado, ni por tanto con un precio, pero que tienen una gran importancia. A grandes raspos estos bienes públicos pueden tener un carácter social como la producción del patrimonio cultural, o un carácter ambiental, como soporte de hábitats, protección de la biodiversidad, o mantenimiento de paisajes entre otros.
-El sector agrario gestiona más del 70% del territorio y por eso tiene una importancia fundamental desde el punto de vista ambiental, constituyendo un soporte eficaz para los ecosistemas, y en especial para el desarrollo de funciones ecológicas y servicios vitales como la producción de biomasa, el almacenamiento, filtrado y transformación de nutrientes y agua, el sostenimiento de las reservas genéticas, la producción de alimentos, fibras y materias primas, la retención de carbono y la conservación del patrimonio etnológico, arqueológico y geológico entre otros.


                          












 

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